Jamás seré un nativo digital

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No hay caso. Defitivamente nací en el año y la época equivocada. Jamás seré un nativo digital, detesto la boludés cibernética y el fetiche por lo novedoso, lo nuevo, lo chiquitito y lo más portable. Los efectos digitales de las películas me dan asco, y el último Iphone me la friega en la más literal de las concepciones.
Todo lo dicho excepto este blog claro, única alternativa ante mi evidente anonimato.

Quién no daría la vida por leer por primera vez algún "quienes y cuando" de Salzano? Casi nadie. Que lástima.

Extraño comprar un cd y de a poco aprenderme todos los temas de memoria: eclipse de mar, pobre cristina, y si amanece por fin..., etcétera.

Ya no hay más repaso, ahora todo pasa velozmente. Los temas, las películas, la vida.

Presiento que es necesario putear, despotricar y maldecir al sistema. Y a todos nosotros. No se puede simplemente vivir sin plantearse ciertas cosas. No se puede simplemente vivir.

De repente me hago ceniza de este polvo, tan viejo como el tiempo, y me olvido de esas sensaciones infinitas que provocan el movimiento de mis dedos escribiendo estas crónicas de la tristeza. Cosas simples. Las más importantes.

Recordar a Jack rescatando a Rose del barandal del Titanic o Rocky tirándole el casco a su estatua en Filadelfia. A ese tipo de cosas me refiero. Y también a las otras. A quedarse hasta el amanecer maltocando la guitarra y tarareando a medias canciones que todos conocemos.

"De vez en cuando la vida nos besa en la boca, a colores se despliega como un atlas..." a esas cosas me refiero.

Es la hora, es la hora...

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Es hora de reir en los cuarteles, de llorar en los cumpleaños; de matar al asesino, de caerse en los desfiles. De indultar a los culpables, condenar a los mediocres; de mearse de la risa y morirse del espanto. De besar a los ancianos, de gritar en el silencio; de correr bajo la lluvia y de cambiar en la rutina. De aplaudir a los segundos, de vivir sin maquillaje; desnudarse en el invierno y de robarle a los avaros. De tomarse todo el vino, de comerse hasta las uñas; de aprender del ignorante, de tutear las utopías. Es hora de pensar en el vecino, de llamar a los ausentes. De gastar todas las balas, de acordarse del presente. De dormirse en los sermones, de envidiar a los humildes. De reprocharle al sacerdote y de cantarle a los gardeles. Es hora.

Cuando tengas frío. JS

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Usa mi llave cuando tengas frío,cuando te deje el cierzo en la estacada, hazle un corte de mangas al hastío,ven a verme si estás desencontrada.

No tengo para darte más que huesos por un tubo y un salmo estilo Apeles y páginas anémicas de besos y un cubo de basura con papeles.

Ni me siento culpable de tu lejos, ni dejo de fruncir los entrecejos que usurpan de tus ojos la alegría,
si quieres enemigos ya los tienes, pero si socios buscas ¿cuándo vienes a repartir conmigo la poesía?