A un padre

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Yo te invito a quedarte en casa, yo te llamo a encender el alba
yo te invito a no irte nunca, yo te exijo llenarme el alma

En las alas que son tus manos, mis pies descalzos levantan vuelo
son pequeños mas sienten fuerza, por tu empuje miran al cielo

Aún recuerdo cuando esos ojos, parpadeaban al ver mis pasos
las miradas yacían desnudas, no había inviernos en tu regazo

Entre llantos y algún capricho, la vida misma se ofrecía entera
vos alquimista buscando mares, yo un marinero encontrando tierra