Cronología de un despertar

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Riing rinng!, Beep, beep!, Pipipipippp, pipipipiiipppp!- Da igual.
Aturdido, mareado, dormido, indignado. 7 am. El día todavía no despierta y mi esqueleto ya comienza a ponerle fichas a su suerte.
La despedida de las sábanas se vuelve ardua. Contienda que dura algunos minutos y varias blasfemias.
El adiós huele a despedida de estación. La promesa de volver cuanto antes. Así es el amor.
Fundamentalistas ganas de atentar contra el despertador amagan en estallar súbitamente. Pero no, es demasiado temprano para actos revolucionarios.
Los primeros pasos me aclimatan para lo que me espera.
La cafeína, único consuelo en este repetitivo martirio, espera ansiosa y humeante, secundada por alguna portada de ocasión. Deportes, Polìtica y Mafalda. En ese orden y sin pesatañar me entero del humor del mundo.
La borra sugiere que es hora de empezar a jugar. Camino hacia la puerta y en pleno periplo mi memoria me juega una buena pasada.
Mil bártulos sacan turno para ser mi partenaire. Libros, billetera y celular.
De repente, la llave le cierra la puerta a este despertar.
Uno más. Y uno menos seguramente.

Yo

que me tenga cuidado el amor...

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Una mujer se ha perdido conocer el delirio y el polvo,
se ha perdido esta bella locura, su breve cintura debajo de mí.
Se ha perdido mi forma de amar, se ha perdido mi huella en su mar.
Veo una luz que vacila y promete dejarnos a oscuras.
Veo un perro ladrando a la luna con otra figura que recuerda a mí.
Veo más: veo que no me halló.Veo más: veo que se perdió.
La cobardía es asunto de los hombres, no de los amantes.
Los amores cobardes no llegan a amores, ni a historias, se quedan allí.
Ni el recuerdo los puede salvar, ni el mejor orador conjugar.
Una mujer innombrable huye como una gaviota
y yo rápido seco mis botas, blasfemo una nota y apago el reloj.
Que me tenga cuidado el amor, que le puedo cantar su canción.
Una mujer con sombrero, como un cuadro del viejo Chagall,
corrompiéndose al centro del miedo y yo, que no soy bueno, me puse a llorar.
Pero entonces lloraba por mí, y ahora lloro por verla morir.
Oleo de una mujer con sombrero. Silvio Rodríguez

Soledad 3.0

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Blogs, facebooks, web, google, keywords, beta, windows y la mar en coche.
La juventud mundial penetrada por la aguja Internet. Dormida, apaciguada, sedada, boluda. Tu vida es un byte y mi felicidad un e-mail.
El vacío del hombre se vacía en un caja, un mouse, una pantalla.
En la red todos conectados, googleados, hipervinculados. En la calle vuelan palos.
Teclados manchados por mil dedos y lenguajes. Los libros relucientes, impecables, intocables, virginales.
Tu día es un good show y todos contemplan el festín.
Tu vida es un good show. Tan pública, tan de ellos. Pero tan sola al fin.


yo

Hope

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Caminando por mis sueños me encontré con un anhelo traído por el viento. Los aires ya no eran tan malos aires y mi ser se topó con un deslíz, un error, una esperanza de futuro.

Veo un país/Veo un país más nuestro y menos de ellos/Veo un lugar para todos pero con cosas mías./Cosas mías para compartir con vos.

Siento emociones por los días que vendrán. Revoluciones sangre aparte que colmarán el calendario sin el ritual de los feriados. Escucho una guitarra y una voz que canta y estremece, que grita Patria MIA!!!

Está nublado y va a llover, pero el sol detrás se esconde. Expectante, ansioso, radiante. Cuando estas letras sean algo más que tinta muerta, saldrá y quemará todas tus certezas. Expectante, ansioso, radiante. Saldrá.


Yo

Enfermos

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Tarde,demasiado tarde a empezar la tradición. Banderas, gorros, remeras, fernet, radio, y fixture. Ah, y la ilusión.
Contra quién jugamos hoy? River?? Belgrano?? Nadie sabe bien??? Bueno da igual.
Amigos, me siento raro, particularmente raro. Hace semanas que no veo a los colores, se ha hecho larga la espera.
Si… ya se que otros tiempos han sido duros . No me hablen de Bochini en la noche que el diablo pisó Barrio Jardín, no me hablen de Castrilli, ni del huracán correntino, ni de los penales salteños, o los peseteros promocionales. Pueden hablar si, claro que pueden.
Pero difícil será callar. Es difícil porque somos muchos. Es difícil porque una vez vi a un tipo hacer un penal que le ganó la pelea al olvido. Porque una vez vi 27 mil personas con un equipo descendido. Porque creo que no jugamos contra River, ni contra Belgrano siquiera. Jugamos contra “x”. Y sin embargo…

Sin embargo creo que la gente no se dio cuenta. Por qué van a ir a ver esos colores de nuevo. Acaso no entienden?? La tercera categoría de fútbol argentino. Y lo mismo van a ir?? Están enfermos.
No, no es gripe porcina. No es denque. No es cáncer. No es depresión. No se bien que es. No se quien nos hechizó. No se que clase de macabro dispositivo de terquedad motiva que volvamos a ir.
Ya fuimos mil veces. Lloramos mil veces. Pero por enésima vez. Vamos a ir.
Estamos enfermos.

Caprichosas

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Escurridizas, caprichosas, antojadizas, pendencieras, contundentes, laguneras…
se escapan como el viento y ya no encuentro el adjetivo que adjetive esta cuestión. Vienen y se van. Más se van de lo que vienen. Dictadores literarios las conquistan y se roban el manjar. Joaquines, silvios, nanos; ismaeles, benedettis, nerudas y salzanos.
Codiciadas, inoportunas; graves, agudas. De acá, de allá; nostálgicas, terrenales, mañeras, surreales, indomesticables. Bervos, adgetibos, articulos, pronombres. Dan sentido al existir, y tu latir se traduce en una frase, selección más o menos ordenada de letras e invenciones; ajetreadas, empecinadas; con puntos y comas, con comillas sin complejos. Y siempre, o casi nunca, con un punto final.
Yo

Decir amigo

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Decir amigono se hace extrañocuando se tiene sedde veinte años y pocas ‘pelas’.Y el alma sin mediasuelas.
Decir amigoes decir lejosy antes fue decir adiós.Y ayer y siemprelo tuyo nuestroy lo mío de los dos.
Decir amigose me figura quedecir amigoes decir ternura.Dios y mi cantosaben a quien nombro tanto. (J.M.Serrat)

de alguna manera empezás a crecer y a desencantarte con los “desafíos” q eso implica; las benditas comillas funcionan a suerte de eufemismo, porque todos sabemos q no son desafíos sino nuevos esquemas y expectativas de vida que no estamos (estoy) muy seguro de acordar con ellos…
en este tire y afloje entre lo que te gustaba hacer y lo que tenés que hacer, mi mayor miedo es a peder los lazos con los de siempre, con los amigos… no perder su número, ni su dirección, ni los recuerdos… sino la cotidianidad, su protagonismo en el día a día…
Cambias gato por liebre y la juventud comienza a desnudarse de amistades. Se que están ahí. Claro que lo sé. Pero la vida y el torbellino q supone los saca del equipo titular, o pretende hacerlo. Claro también que me opongo firmemente…
Al fin y al cabo… decir amigo es decir juegos, escuela, calle y niñez … y de eso se trata la vida.

Yo

Hombre preso que mira a su hijo Benedetti

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Cuando era como vos me enseñaron los viejos y también las maestras bondadosas y miopes que libertad o muerte era una redundanciaa quien se le ocurriria en un paísdonde los presidentes andaban sin capangas.
Que la patria o la tumba era otro pleonasmoya que la patria funcionaba bienen las canchas y en los pastoreos.
Realmente no sabian un cornopobrecitos creian que libertadera tan solo una palabra agudaque muerte era tan solo grave o llanay carceles por suerte una palabra esdrújula.
Olvidaban poner el acento en el hombre.
La culpa no era exáctamente de ellossino de otros mas duros y siniestrosy estos sicomo nos ensartaronen la limpia república verbalcomo idealizaronla vidurria de vacas y estancierosy como nos vendieron un ejércitoque tomaba su mate en los cuarteles.
Uno no siempre hace lo que quiereuno no siempre puedepor eso estoy aquimirándote y echándotede menos.
Por eso es que no puedo despeinarte el joponi ayudarte con la tabla del nueveni acribillarte a pelotazos.
Vos ya sabes que tuve que elegir otros juegosy que los juegue en serio.
Y jugue por ejemplo a los ladronesy los ladrones eran policias.
Y jugue por ejemplo a la escondiday si te descubrian te matabany jugue a la manchay era de sangre.
Botija aunque tengas pocos añoscreo que hay que decirte la verdadpara que no la olvides.
Por eso no te oculto que me dieron picanaque casi me revientan los rinonestodas estas llagas hinchazones y heridasque tus ojos redondosmiran hipnotizadosson durisimos golpesson botas en la carademasiado dolor para que te lo ocultedemasiado suplicio para que se me borre.
Pero también es bueno que conozcasque tu viejo calloo puteo como un locoque es una linda forma de callar.
Que tu viejo olvido todos los números(por eso no podria ayudarte en las tablas)y por lo tanto todos los teléfonos.
Y las calles y el color de los ojosy los cabellos y las cicatricesy en que esquinaen que barque paradaque casa.
Y acordarse de vosde tu caritalo ayudaba a callar.
Una cosa es morirse de dolory otra cosa es morirse de verguenza.
Por eso ahorame podes preguntary sobre todopuedo yo responder.
Uno no siempre hace lo que quierepero tiene el derecho de no hacerlo que no quiere.
Llora nomas botijason macanasque los hombres no lloranaqui lloramos todos.
Gritamos berreamos moqueamos chillamosmaldecimosporque es mejor llorar que traicionarporque es mejor llorar que traicionarse.
Llorapero no olvides.

Pero aquí abajo...

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…”pero aquí abajo abajoel hambre disponiblerecorre el fruto amargode lo que otros decidenmientras que el tiempo pasay pasan los desfilesy se hacen otras cosasque el norte no prohíbecon su esperanza durael sur también existe” J.M. Serrat



Avatares de una Honduras de metal, plomo y espada; devuelven el fusil dictatorial a esta América renaciente e histórica.
Un poco más al norte, se eleva la hipócrita voz defensora del imperio de las estrellas; otrora causante directo de la muerte latinoamericana, hoy defensor sin memoria de la causa democrática.


Marcos Blanco

...

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Me ganaste de mano. No pude hacerte leer esos arranques literarios que por ahí me surgen y demandaban tu atención. Como aquel ensayo de política que con gusto leíste, no sin antes llamarme 5 veces a las 2 de la mañana porque se te ocurrían frases para agregarle. Ese eras vos. Te pedían una mano pero siempre proponías el codo.
Ahora me veo acá sentado y me pregunto que escribirte. Tengo ganas pero no se me ocurre que. Y a la vez se me ocurren tantas cosas. Desearía que mi mente y mi memoria derramasen todos los sentimientos directamente en la hoja.
Las idas a La Granja: vos la tía, el agu y yo, y al tiempo cami. Las charlas sobre música (tus ojos brillaban cada vez que tarareabas a Serrat), política y la vida.
Guitarreadas donde te imitaba como levantabas la cabeza y la ceja entonando determinadas estrofas; reuniones en casa de los belos, muchas risas y esa complicidad que guardo como el lazo que siempre me unió a vos. La sensación de creer que entre vos y yo sólo existía un espejo. El chico de la suerte, el atolondrado, el hiperquinético, el acelerado.
El cursor titila y en un minuto no logro hilvanar ni una frase. Me acuerdo de aquellas noches en que más de unas frases hilvanabas en la computadora de casa, mientras mi viejo te ayudaba a organizar tus escritos.
No se al final cuantas especialidades tuviste. ¿Dador de vida es una especialidad?? ¿Cuenta como tal?? Debería. Al menos a mí me diste un hermano. Gracias.
El mismo jueves, antes del maldito viernes recibiste un pequeño trozo de vida. Hasta en el último round hiciste tu movida.
Esta no pretende ser una elegía, ni mucho menos. Sólo una vía de escape, una forma de excusarme ante mi lentitud y mi quietez. Algún dejo de espiritualidad mantiene la esperanza de que en algún lado estés leyendo esto.

Marcos Blanco (marcuchento p/vos)

Mi hermano y el conejo

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“De niño siempre estuve esperando que mi hermano mayor me trajese un conejo de regalo para no tener que salir conmigo, todavía lo espero.”

Nació con el tajo en el ojo
A los diez días se cortó el pie
Tenía puntos por el antojo
De quién pasaba
Y le apuntaba a él

Estudió la ciencia de contar
Menos un cuento
De joven fumó un cigarrillo Particular
Se enamoró de una mujer hermosa
Mucho después que me prometiera un conejo

La vida le hizo recorrer
Y conocer el camino
Dejó huellas en el placer
Y con esa hermosa mujer
Se ayudaron a combatir el destino

No tuvieron hijos
Le regalaron una princesa
De ojos café
Un caballero pleitero
De sobrada lucidez
Y una belleza callada
Que habla poco y con nitidez

Ricardo Blanco

Lo bello y lo sublime

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La noche es sublime, el día es bello. En la calma de la noche estival, cuando la luz temblorosa de las estrellas atraviesa las sombras pardas y la luna solitaria se halla en el horizonte, las naturalezas que posean un sentimiento de lo sublime serán poco a poco arrastradas a sensaciones de amistad, de desprecio del mundo y de eternidad. El brillante día infunde una activa diligencia y un sentimiento de alegría. Lo sublime, conmueve; lo bello, encanta. La expresión del hombre, dominado por el sentimiento de lo sublime, es seria; a veces fija y asombrada. Lo sublime presenta a su vez diferentes caracteres. A veces le acompaña cierto terror o también melancolía, en algunos casos meramente un asombro tranquilo, y en otros un sentimiento de belleza extendida sobre una disposición general sublime. A lo primero denomino lo sublime terrorífico, a lo segundo lo noble, y a lo último lo magnífico. Una soledad profunda es sublime, pero de naturaleza terrorífica

Kant, Emmanuele

Walking around

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Sucede que me canso de ser hombre. Sucede que entro en las sastrerías y en los cines marchito, impenetrable, como un cisne de fieltro Navegando en un agua de origen y ceniza. El olor de las peluquerías me hace llorar a gritos. Sólo quiero un descanso de piedras o de lana, sólo quiero no ver establecimientos ni jardines, ni mercaderías, ni anteojos, ni ascensores. Sucede que me canso de mis pies y mis uñas y mi pelo y mi sombra. Sucede que me canso de ser hombre. Sin embargo sería delicioso asustar a un notario con un lirio cortado o dar muerte a una monja con un golpe de oreja. Sería bello ir por las calles con un cuchillo verde y dando gritos hasta morir de frío No quiero seguir siendo raíz en las tinieblas, vacilante, extendido, tiritando de sueño, hacia abajo, en las tapias mojadas de la tierra, absorbiendo y pensando, comiendo cada día. No quiero para mí tantas desgracias. No quiero continuar de raíz y de tumba, de subterráneo solo, de bodega con muertos ateridos, muriéndome de pena. Por eso el día lunes arde como el petróleo cuando me ve llegar con mi cara de cárcel, y aúlla en su transcurso como una rueda herida, y da pasos de sangre caliente hacia la noche. Y me empuja a ciertos rincones, a ciertas casas húmedas, a hospitales donde los huesos salen por la ventana, a ciertas zapaterías con olor a vinagre, a calles espantosas como grietas. Hay pájaros de color de azufre y horribles intestinos colgando de las puertas de las casas que odio, hay dentaduras olvidadas en una cafetera, hay espejos que debieran haber llorado de vergüenza y espanto, hay paraguas en todas partes, y venenos, y ombligos. Yo paseo con calma, con ojos, con zapatos, con furia, con olvido, paso, cruzo oficinas y tiendas de ortopedia, y patios donde hay ropas colgadas de un alambre: calzoncillos, toallas y camisas que lloran lentas lágrimas sucias.

Pablo Neruda

De vacíos y otras yerbas II

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Como explicarlo… un día escuché “para la libertad” y no pude dejar de tararearla hasta que el duna de mi viejo llegó de la granja. Un día probé el sabor de las lágrimas del gol y el del llanto con dolor a goleada en cancha propia.
Y por fin un día, y muchos, y demasiados pocos para mi (dis)gusto, descubrí por donde gambetea la felicidad: los criollitos y la coca con Olé en mano; Joaquín que entona ”de sobra sabés…” algunas cuadras antes de llegar a destino; ese beso que por robado vale el doble y por breve vale olvidarlo (o por miedo); Los Simpson; los colores (esos); manolo y su forma de cagarsele de risa a la tristeza; el miedo a la rutina; la rutina desplomada por un llamado intempestivo que vaticina algún encuentro; el profe que no vino; a fulana que le vino; Rick mirando el avión que despega en esa casa más blanca que nunca; las ganas de verte; las desganas de casi todo; pero todos recibiéndote luego de una estadía en el país de las estrellas; la risa de mi viejo (escasa como el azafrán); la bruma de recuerdos que se asoman en el norte de un vaso de fernet; el óleo de una mujer con sombrero; o sin; los rulos del agu; el amor en los tiempos del “te ha llegado un mensaje” y esa canción que todavía no dejo de tararear, quizá porque el auto aún no llegó. Ojalá no llegue nunca.

YO

Exigid el beso de las buenas noches

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Emociónate, niño. Tu mamá es emocionante, tu sonajero es emocionante, el velador y los muñecos: Pinocho, Yogui, Dumbo, Shreck. Son tus amigos, tus primeros amigos, descansan en tu cama, se cubren con tus sábanas, viven en tu pieza y no parpadean nunca para no perderte de vista. Los juguetes son emocionantes. Y los amigos. Llora todo lo que tengas que llorar. Los hombres lloran. Las mujeres lloran. Los niños lloran. Llora hasta que tengan que llevarte al oftalmólogo. No dejes de llorar porque si no las lágrimas se secan, el sarro se convierte en musgo y el musgo está en la base de la requetristeza. Cosas que producen llanto: algunas canciones, el polvo de los libros, la cortesía de los ciegos, la razón de los locos, el nadador invernal –viejo y obstinado– que espera junto a la pileta vacía del Parque Sarmiento. Que antes de dormir te den el beso de las buenas noches .Y si no, no. Cuando aprendas a caminar practica un balanceo suave y firme, un paso que sutilmente diga “si les gusta bien y si no se van todos a la mierda”. Otra cosa: no elijas el camino más corto sino el más largo. Es una de las pocas maneras que existe para conocer de cerca la aventura. Las aventuras forman una parte decisiva en el alma de los hombres. El alma, como los calzoncillos, tiene cuatro tallas: S, M, L y XL. Cuando los hombres consiguen transformar la XL en XXL es que han hecho un hermoso viaje a lo largo de su vida. Es tan decisivo caminar como intrascendente la llegada. Para llegar están los aviones. Si se observa desde la Luna, Córdoba ocupa el mismo espacio que la luz en el ojo de un gorrión. Córdoba es la Tierra. Recorrerás miles de kilómetros pero no podrás abandonarla porque te seguirá adonde vayas. Cuando estés dormido, Córdoba, como una mujer que limpia durante años las mismas oficinas, estará despierta a tu lado para estorbar el paso de la muerte. Pero vos todavía no sabés qué son las palabras. Ni adónde van a parar. Las historias viven en los libros. Y algunas, muy pocas, almacenadas en la memoria de la gente. Dumbo no es Dumbo sino la historia de Dumbo. Vos mismo sos una historia que existe desde mucho tiempo antes que tus viejos se conocieran. Mirá, estos son los anteojos de mi papá. Con ellos leía el diario. Ahora no los utiliza nadie. Pero siguen conmigo. Eso también es una historia. Si te acostumbrás a algo, estás liquidado. Hay que leer, chico. Leer en la cama, en el ómnibus, en la cola del mercado, en el calabozo, en la cancha, en los hoteles y en el colegio. Y, también, cuando se corta la luz. Alguna vez te darás cuenta de que, para leer no hace falta luz. Ni siquiera hacen falta libros. Leer será tu válvula de escape, tu desahogo y tu consuelo. Sarmiento definía la lectura como “la hermosa quietud”. Cuando era todavía un adolescente, Sarmiento recorría en mula el territorio y enseñaba a leer a los paisanos. Algunas noches se quedaba a dormir junto al cajón de los arreos. La cabeza de Sarmiento es esa bomba que aparece en los billetes de cincuenta pesos. Algún día hablaremos del dinero. Ojalá supieras hablar, chico, para que me dijeras algo, aunque sea una mentira. Que no te tomen el pelo. Ni te lleven por delante. Nunca. Nadie. Voy a dejarte una frase de Mark Twain para cuando aprendas a leer: “Si tu enemigo es más débil, perdónalo. Si es más fuerte, perdónate”. Cuando crezcas hablaremos de Mark Twain. Y especialmente de esa frase. No me daría miedo saber que ésta es la última nota que escribo. Hablar con un niño es, señores, un acto revolucionario. Chico, no sé exactamente cuándo se celebra tu día, pero sé que anda por aquí cerca, este domingo o el que viene. Podés hacer lo que quieras. Hasta cambiarte de nombre. ¿Querés llamarte Polaroid? ¿Gatichaves? ¿Wenceslao? Aprobado, aprobado, aprobado. ¿Sabés lo que hizo Chaplin? Cambió la fecha de su nacimiento y comenzó a festejar su cumpleaños en Navidad. Chaplin fue un hombre dos mil años más joven y quince centímetros más bajo que Cristo. A Chaplin lo trajo el cine y a Cristo lo trajo el viento. Nadie sabe nunca de dónde viene el viento. Ese signo que aparece al final de la frase anterior (.) se llama punto. Punto y aparte. Tenelo en cuenta para el día que aprendas a escribir: Cabral clavó un clavo, ¿qué clavo clavó Cabral? Semi-dormido como estás, te parecés a una bolsa de harina. ¡Llénate de júbilo, niño! Pronto aparecerán los primeros obstáculos, bebé. La puerta por ejemplo. Está cerrada, indiferente. ¡Ábrete puerta! Es inútil. La puerta no da señales de haberte escuchado. Oh niño, ese puntazo que te hace doler el corazón se llama sufrimiento. Te crecerá el bigote y seguirás sufriendo. Las mujeres comentarán el encanto de tus húmedos bigotes y seguirás sufriendo. Por fin se te caerá el bigote pero seguirás sufriendo. Si has comprendido lo que acabo de decir, escupí el chupete. Tomá vitaminas, no respires debajo del agua, no jodas con las abejas, votá a los radicales, comete esa manzana, cepillate los dientes, dormí la siesta, no cruces la calle con semáforo rojo, hacete hincha de Talleres, poné la música más baja, no hables con la boca llena, limpiá la bicicleta, recuerda lo hermoso que eres, lo mucho que te queremos y que después de la primera muerte ya no hay otra. ¿Hiciste pipí? Es lo que me decían a mi cuando era niño. O naturalmente te dirán que las cosas están bien como están y que nada tiene que cambiar porque así lo quiere Dios. Macanas. El Sol no es el centro de la creación. El centro de la creación sos vos. Podrías, si quisieras, inventar una palabra nueva cada día. Por ejemplo la palabra chemenesky. –Mamá, hoy estás muy chemenesky. Te juego lo que quieras a que no te dice nada. Y es que tu vieja es verdaderamente una mujer muy chemenesky. Algún día se publicará un diccionario con todos tus inventos y será una revelación. Dentro de tres o cuatro años me imagino escribiendo otra nota para el Día del Niño. ¿Qué se habrá hecho –pensaré– de aquel pibe fabuloso a quien le escribí una carta en agosto del 2007? Dios mío, niño, por favor, nunca te mueras.

Salzano-

Noción de Patria

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“Quizá mi única noción de patriasea esta urgencia de decir Nosotrosquizá mi única noción de patriasea este regreso al propio desconcierto” (Mario Benedetti.)


De esta manera termina el poema “Noción de Patria” del poeta uruguayo. Lo coloqué a manera de introducción porque siempre me pregunté por ese “Nosotros”. ¿Qué es ese “Nosotros”? ¿Quiénes son o somos ese “Nosotros”? ¿Desde cuándo comenzamos a ser “Nosotros” ?

¿Hubo un nosotros hasta 1492 y otro después? ¿O siempre fuimos el mismo nosotros? ¿O será que nunca fuimos nada?
Pasado ya el umbral del siglo XXI, mas problemático y febril que el cambalache del XX de Santos Discépolo, podemos hacer un balance de éstos algo más que 500 años de historia americana. La mayoría de los movimientos culturales sudamericanos han nacido a la vera del reflejo europeo.
Cada sociedad es única, posee características propias y particulares motivadas por razones ambientales o históricas.
He aquí el meollo del asunto. ¿Realmente nuestra cultura es un producto originario de nuestra tierras? Es decir: ¿realmente es nuestra? Analistas y filósofos a lo largo del período que se inicia en 1492 se han empeñado en demostrar que no. En dejar sentado que nuestra cultura y nuestros movimientos culturales son el producto de modelos exógenos, particularmente europeos; que aún no hemos podido abstraernos del yugo opresor del invasor.
Por el contrario, la aún incipiente filosofía de la liberación arremete con el estandarte de una independencia cultural que nos identifique como pueblo y aporte los elementos integradores y de participación que aparentemente nos faltan.
Basta ver a nuestra Argentina con su crisol de razas y reflejarlo más allá de nuestras fronteras a los cuatro vientos: la historia de América Latina es la historia del mestizaje, del contacto entre culturas disímiles, del indio con el blanco y el negro, y los mestizos y los nobles y los nativos.
¿Será que el “Nosotros” de Benedetti es un concepto tan débil y precario debido a esta combinación de razas que mencioné anteriormente? ¿O por el contrario somos nosotros como ciudadanos latinoamericanos quienes tenemos ese complejo de inferioridad tan latente, que no nos permite darnos la licencia de tener una cultura y una historia propia?

La cuestión no sólo es compleja hoy, sino que tendremos que esperar cientos de años más para determinar si los movimientos y formas de pensar de un pueblo han sido realmente propios o no. Pecaríamos de inocentes si consideráramos que 500 años es tiempo suficiente para tejer una conclusión de ese tipo. Pero más allá de ello, lo que aquí importa no es la respuesta inmediata, sino las preguntas que servirán para la construcción en el día a día de un SER latinoamericano.

YO

Bitácora de un viaje

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Those were the days of our lives...



La sensación simplemente de sentirse realizado, feliz, pleno. eso fue vail I. Viajar a miles de kilómetros sin saber en realidad adonde, ni cómo, ni nada. Viajar a miles de kilómetros sin saber más que el Hello, y mucho menos que el I am looking for job,,, Viajar a lo blanco, a la nieve, pero también a lo rojo, a lo cálido del grupo increíble que aún hoy conservo, y que hizo de 4 meses LA VIDA. gracias

De vacíos y otras yerbas I

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Una vez leí que el hombre necesita un amante, algo sobre lo cual apasionarse, para no perder la cordura en este mundo tan vertiginoso y aplastate. Lease una mujer, un artista, un equipo de fútbol o un hobby cualquiera. Los días que corren no amanecen con facilidad para los que amamos a los colores azul y blanco. Nuestro amante nos está engañando, se está olvidando de ser y con ello nos olvidamos nosotros de lo que eramos. Lo que me pasa (y así le pasa cientos de miles en Córdoba) me hizo pensar como todo lo que llena nuestras vidas a veces las vacía, o las arremete contra una esquina y no hay campana que nos salve del jaque mate.
Esas pequeñas (y no tan pequeñas) cosas que nos alegran el día a día suelen también patearnos en contra y liquidar el resultado en favor de la tristeza. Pero al fin y al cabo nos aferramos a ellas, incluso cuando la tristeza copa la parada, porque es mejor sentirse triste que no sentirese, la amargura es mejor que el sinsabor y nosotros nos debatimos entre eso. Al menos yo.
Me planteo la estupidez de llorar por dos colores o la necesidad de vivir más alla de las obligaciones, el trabajo, la facultad, el futuro que negro se presenta, el presente que no existe porque siempre se escapa y el pasado de una patria que permanentemente tacha la doble. Los noticieros dan ganas de morirse, los diarios dan ganas de morirse, los políticos dan ganas de morirse y las otras cosas que quizá hoy me dan ganas de morir hacen en realidad que SEA más que nunca.

Yo

Nos siguen pegando abajo

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La historia argentina está signada por el enfrentamiento entre dos sectores opuestos e irreconciliables: el interior del país, enarbolado en las banderas del federalismo, y el unitarismo de la Capital Federal.
Él deporte, como reflejo y manifestación cultural de un pueblo, no escapa a ésta dicotomía.
Desde los albores del siglo pasado, la rivalidad interior del país – Buenos Aires ha demostrado la controversia en todos los planos posibles. El fútbol es un claro ejemplo de ello: La selección nacional oficia de local sólo en la ciudad de Buenos Aires, los campeonatos de ascenso porteños se juegan al margen del resto de las competencias regionales (los clubes de Buenos Aires tienen su propio campeonato para acortar distancias, la “B” metropolitana, mientras que el interior del país juega el Argentino A y B a lo largo y a lo ancho de todo el país) e incluso los derechos de televisación son repartidos por Torneos y Competencias de manera desigual a favor de los clubes de Buenos Aires.
En las últimas décadas, han ocurrido hechos que denotaron un atisbo de cambio: la selección nacional ganándole a Perú en el estadio mundialista de Rosario Central (Mundial de fútbol de 1978), la consolidación de la liga nacional de básquet a fuerza de clubes del interior (Atenas, Olimpia de Venado Tuerto y Estudiantes de Olavarría) y Córdoba como sede histórica del Rally mundial.
El devenir de los años demostró que estos éxitos deportivos no fueron más que aisladas conquistas y que la superestructura deportiva nacional sigue siendo eminentemente centralista y unitaria.
Esta lógica de dominación ha repercutido en la identidad deportiva de los simpatizantes del deporte a nivel nacional. Sólo de esta manera puede explicarse que ciudades como Córdoba o Mendoza tengan miles de “hinchas” de Boca Juniors o River Plate, en algunos casos hasta supera el número de simpatizantes de clubes locales.
En Rosario sería impensado encontrar tal cantidad de simpatizantes “boqueases” o “millonarios”. Ello se debe a su proximidad con Buenos Aires, que ha creado una identidad fuertemente afianzada, al mismo nivel que en la Capital Federal.
Para realizar un análisis imparcial sobre responsabilidades y culpas en esta problemática, es necesario también apelar a la autocrítica. En lo que respecta a nuestra provincia, la clase dirigente en materia deportiva no ha tenido iniciativa suficiente para torcer historia.
El mayor triunfo de Córdoba es quizá la incorporación de los clubes de fútbol a los campeonatos nacionales. La resolución 1309, impulsada en los años 70 por el presidente de Talleres, Amadeo Nuccetelli, abrió las puertas del fútbol grande a estos pagos. En un principio la plaza pertenecía a Talleres pero luego fue de Córdoba en general, y se revalidaba a tales efectos.
En los tiempos que corren, la posta la tomó Euclides Bugliotti para traer la final de la copa Davis al estadio Orfeo. Aunque finalmente no logró su cometido, es la última gran gestión de un dirigente o empresario para posicionar a Córdoba en la cima del deporte nacional.

Carta al General José de San Martín

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Querido José Francisco: Las cosas por aquí, en la tierra, no andan muy bien que digamos. De hecho desde que te fuiste las miserias humanas no se han morigerado sino que aumentaron en proporciones que ni te imaginas. Desde 1850 el país ha cambiado un poco.
Nadie muere ni mata en nombre de la patria, las espadas han sido cambiadas por impunes revólveres gatillados por ladrones de poca monta y mercenarios del dinero. Desde allí arriba quizá no se vislumbra bien lo que aquí ocurre pero, creame Don José, que el futuro no es para nada prometedor. Extrañamos hombres de su entereza, rectitud y honestidad. Seguramente le habrá causado repugnancia ver como manejan los hilos del país estos muchachos (y muchachas).

Y lo que es peor, como el pueblo lo consiente, lo asiente en algunos casos, lo justifica en otros, y al fin y al cabo naturaliza aquellas miserias. ¿La culpa no es del chancho vio? ¿Qué en sus días también la corrupción era moneda corriente? Es verdad mi General. Pero hoy se ha institucionalizado, no se remite a hechos coyunturales y puntuales sino que es estructural.

¿Recuerda las increíbles dimensiones que este país posee? ¿Cuánto galopaba y galopaba sin que en el horizonte se aviste más que eso… horizonte? No lo va a creer, pero hemos logrado unir a nuestra gente a pesar de esa inmensidad. Lo asombraría ver cuan rápido se llega desde la Quiaca hasta Tierra Del Fuego en un Boeing 737 o que capacidad de carga tienen nuestros trenes. Pero no se ilusione querido General… como sabrá, el argentino es un ser complicado de definir, nos gusta apagar incendios pero cuando lo logramos extrañamos el fuego, entonces volvemos a quemar nuestros proyectos. Somos un pueblo apaga incendios que no sabe vivir en la calma. Lo que quiero decir es que hipotecamos el futuro, esos íconos ya no nos pertenecen, y se fueron con otros más que mejor ni le cuento. Usted siempre pugnó por una vida austera, responsable y desprovista de lujos… pues bien, todo lo contrario hemos hecho desde que nos dejó. Nos endeudamos en cantidades inimaginables. Lo que algunos llaman “deuda externa”, creo que es más atinado denominarla “deuda eterna”. Miles de millones de dólares que jamás terminaremos de pagar, y que van a marcar a fuego nuestra dependencia de cara al futuro. ¿Recuerda el empréstito que Bernardino Rivadavia contrajo con la Baring Brothers en 1824? No va a creer la cantidad de ceros que esa cifra ostenta ahora. Es impagable. De hecho lo único que hacemos de vez en cuando es pagar los intereses. Lamento escribirle con noticias tan poco alentadoras mi General. Hace algunos días leí las máximas que le escribió a Merceditas. En la quinta, se incluye el “Respeto sobre la propiedad ajena”. Coincidirá conmigo en que el desconocimiento hacia ese precepto fundamental es la causa de todos nuestros males. No respetamos lo ajeno, nos apropiamos de lo ajeno y vendemos lo ajeno. Me voy despidiendo querido José.

Lamentablemente estoy convencido que cuando le escriba para saludarlo cuando cumpla 500 años, en el 2278, voy a repetir las mismas palabras. ¿No aprendemos más vio? Marcos Blanco.

El futuro llegó

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Al finalizar la Segunda Guerra Mundial, la tensión por la paz y la hegemonía del globo se debatían entre el bloque soviético y el norteamericano. Pero la carrera nuclear traía entre manos algo más que uranio: en aras de crear un sistema de comunicaciones que sobreviviera al conflicto, surgió Arpanet, consistente en “una red de ordenadores en la que todos los nodos tuvieran la misma importancia, de tal forma que la desaparición de uno de ellos no afectara al tráfico. Los datos se dividirían en paquetes, que podrían seguir distintas rutas, pero que deberían reunirse en el punto de destino”[1] (antecedente de la tecnología en conmutación de paquetes).
Luego, este primitivo proyecto se unió con otras redes y Robert Kahn introdujo definitivamente esta “arquitectura abierta” en 1972 (“Internetting”). En 1983 se separa la parte militar de la civil de la red, y se instituye ese año como el del nacimiento de Internet, el cual se desarrolla mediante computadoras (clientes) que se conectan a los servidores de Internet (proveedores). La información no se transmite toda junta, sino por distintas vías y en paquetes, que se encuentran luego en el lugar de destino. Es lo que se denomina “tecnología en conmutación de paquetes”.
A partir de allí y creciendo en proporciones geométricas, la influencia de Internet en la vida de la civilización es trascendental: “En este nuevo universo descentrado (…) La cultura se hace parte en un mercado donde los bienes y servicios son de rápida obsolescencia (…) El consumidor se convierte en un hermeneuta: su función es seleccionar, reconocer y apropiarse de ese universo”.[2]
Hay quienes indican, (como Martín Hopenhayn) que todo esto conlleva a una tendencia acelerada a la desterritorialización cultural, mientras que otros, aducen que “va a producir resultados maravillosos, las personas de diferentes culturas continuarán expresándose y enriqueciéndose por la exposición”[3]
Lo cierto es que, en el ámbito de los negocios, las transacciones se realizan en cuestión de segundos, disminuyendo tiempos y tornando inexistentes las distancias; la vida privada lo es cada vez en menor medida, y es un desafío para el Derecho colmar las lagunas jurídicas existentes al respecto.
La fortaleza de Internet radica la falta de jerarquía y la flexibilidad,[4]en su capacidad de transportar grandes cantidades de datos a gran velocidad; sus desventajas son la falta de legislación común y escasos controles de contenido.


[1] MILLAN, José Antonio. “Breve Historia de la Internet”, “El fruto caliente de la guerra fría”.
[2] HOPENHAYN, Martín. “Orden mediático y orden cultural: Una ecuación en busca de Resolución”.
[3] SERAGELDEN, Ismael. (Director de la biblioteca de Alejandría) “Debate Memoria y diversidad cultural”.
[4] MILLAN, José Antonio. “Breve Historia de la Internet”, “El fruto caliente de la guerra fría”.

Palabras como cuerpos. Joaquín Sabina

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Recuperar de nuevolos nombres de las cosas
llamarle pan al pan vino llamar al vino
sobaco al sobaco miserable al destino
y al que mata llamarlede una vez asesino
nos lo robaron todolas palabras, el sexo
los nombres entrañables del amor y los cuerpos
la gloria de estar vivos la crítica, la historia,
pero no consiguieron, robarnos la memoria
Ellos tienen también cuerpo bajo la ropa
piernas, uñas, sudor,vientre, mocos, colmillos,
manos que no acarician,dedos que no se tocan
Sólo saben firmary apretar el gatillo,nosotros que queríamosvivir sencillamente
hermanos de la lluvia,del mar, de los amigos,
pronunciar las palabras quevencen a la muerte
buscar bajo tu falda,alimento y abrigo.
Nosotros que queríamos nombrar las amapolas,
decir viento amanece,rabia, fuego,
decir que si tu quieres costa mi lengua es una ola
nosotros que queríamos simplemente vivir
nos vimos arrojadosa este combate oscuro sin armas que oponer al acoso enemigo
más que el dulce lenguajede los cuerpos desnudos
y saber que muy pronto va a desbordarse el trigo
y saber que muy pronto va a desbordarse el trigo.