They´ll call me freedom

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Vueltas curiosas las que tiene la historia.
Hace poco más de veinte años, el prisionero número 466/64 de la insular cárcel de Robben Island, dejaba ese recinto para convertirse en el mayor símbolo de la libertad contemporánea. Tras 27 años de confinamiento, Nelson Mandela recuperaba su voz y con ella el grito de toda una Nación y un Continente.
Muchos lustros contamos desde las campañas de desobediencia civil que en 1952 lo hicieron conocido (y perseguido); y ríos de sangre, cadenas, segregación y muerte tuvo que soportar para finalmente vencer ese "pensamiento" blanco tan retrógado, inhumano y repugnante.
Veinte años, cuatro presidencias democráticas y cinco campeonatos mundiales pasaron hasta que Sudáfrica y la región toda copara el foco de la atención global. Millones de fanáticos; empresarios y empleados, grandes y chicos, hombres y mujeres de todos los colores y formas, mirarán hacia el sur y vislumbrarán su sueño de gloria mundial.
El país albergará a partir de hoy la fiesta mayor del deporte planetario. El evento será a su vez, un grito político, una reivindicación de la existencia misma; para recordarle al mundo, sobre todo al mundo blanco/occidental, que AFRICA existe. Y que allí comen y también hay hambre. Pero también sueños y proyectos. Y desde hoy, Fútbol. Bienvenidos, y bienvenido sea.

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