Insomne III

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En estos días en que la vida no es más que una duda a domicilio. Es en estos raros días en que me pregunto qué pretende de mis ansias. Acaso espera un maletín, dos corbatas y una rutina con medialunas? O quizá la rebelión del oprimido, con el mapa en el armario y la brújula al revés.



Yo no sé. Supongo que no se puede crecer al revés de los adultos. Somos ese paréntesis que se abre después de la vida, que llenamos hasta que un buen día de otoño se cierra. Siempre es otoño cuando se cierra.



Nacemos con la ilusión de crecer, no en altura ni en tamaño, ni en conquistas, ni en medallas… sólo queremos alcanzar las alacenas, los estantes, las repisas. No pretendemos más que sueños de cartón. Pero algo a media voz nos confiesa que no es todo. Hay algo más allá del horizonte que es tu falda.



Pero nunca llega. Nunca ese que creíamos venir cuando cantábamos tristes canciones de amor. ¿Acaso hay otras? Y no se trata de amor. Se trata de nosotros. Siempre buscando el punto de fuga hacia la trascendencia. Cómo convencerse de que somos hormigas, puntos suspensivos de esta recta que es la muerte, al fin y al cabo.



Somos el nefasto inventario de lo que alguna vez quisimos ser. No hay tiempo que perder para ser feliz, pero perdemos tanto tiempo siendo.



Quizá espera de mí un maletín, dos corbatas y una rutina con medialunas. Quizá sea hora de dejar de pensar.

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Ya no se trata del amor, somos hormigas...siempre es otoño... ((siempre un placer leerte))

marcos blanco dijo...

gracias... quién sos? además de la única persona en leerme, eso está claro jeje

Anónimo dijo...

y yo no soy Mickey Rourke ni tú Kim Basinguer ni tengo nueve semanas y media...

marcos blanco dijo...

jajaja... ahora sé!

Anónimo dijo...

Aunque ya amaneció, a veces ataca el insomnio...

Anónimo dijo...

No, no es la única persona..
En cada cosa que escribís encuentro razón y coincidencia. Orgullecete.

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