Ay de mí si te olvido.
Y de repente mis días se vuelven felices.
Y de golpe mi cama no amanece tan sola.
Y de pronto me escapo a buscar un futuro.
Y en un palmo no temo encontrarte con alguien.
Y sin un día entre tantos no recuerdo tu boca.
Y me olvido tu nombre, y desconozco tus huellas.
Y me acerco a tus fotos sin que lloren mis ojos.
Y me encuentro feliz como un tonto con suerte.
Y agradezco al otoño por traer nuevas hojas.
Y le digo te extraño a los nuevos amores.
Y descubro el placer de abrazar otros cuerpos.
Y me alumbra los ojos esa luna maldita;
(Ay de mí, ojala nunca olvide).
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